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Por: Tibor Zsámboki

¿Te ha pasado que conoces a alguien que a la primera te cayó súper bien y es como si la hubieras conocido antes? Y lo mismo, ¿conociste a alguien y sentiste que te cayó mal y ni siquiera dijo una palabra? ¿Has estado en algún lugar, país, ciudad, casa y te ha parecido familiar? ¿Has soñado alguna vez que estuviste en alguna época pasada?, Estos son los famosos “Deja vus”, que quiere decir “Lo he visto antes” y es muy probable que así haya sido en una de tus vidas anteriores. Mientras los primeros ejemplos pueden parecer experiencias indirectas, pues tal vez ni te das cuenta de ellas, cierto tipo de sueños son verdaderas ventanas a tus vidas anteriores ya que son experiencias más directas que valen la pena investigarlas sobre todo cuando vienen en forma recurrentes, eso significa que quieren decirte algo y están relacionados estrechamente con tu vida actual.

Ha pesar de tantas investigaciones, todavía muchas personas rechazan la idea de la reencarnación y vidas pasadas porque no lo creen o le han dicho de no hacerlo. El otro día vino una mujer joven a mi consultorio referido por un médico conocido, ella explicó sus problemas; me di cuenta enseguida que aunque algunos traumas ocurrieron en su vida actual, el origen está en sus vidas anteriores. Cuando le expliqué el plan de terapia, que primero hay que trabajar con la historia de vida actual pues es resultado de todas las vidas anteriores y luego buscar el origen de sus problemas en las vidas anteriores, me manifestó que no cree en esto pues su religión no lo permite, entonces no había como ayudarle. 

Una vez me preguntó alguien, ¿Qué pasaría si se comprobaría científicamente la existencia de nuestras vidas pasadas? Pues absolutamente nada, porque para un incrédulo no hay prueba suficiente. El problema con las investigaciones científicas es que por un lado buscan la repetición, pero no hay dos vidas iguales, somos seres individuales e irrepetibles. Por otro lado los aparatos utilizados para estas investigaciones no pueden medir ninguna vibración superior a la de ellos. ¿Cómo puedes medir el amor, la atracción, la intención, la voluntad y sus intensidades?, el mismo Dios no se puede medir y eso no significa que no existe.

En la era de Piscis, las religiones desafiaron la fe de los fieles pues les dijeron en que creer y en que no, a excepción de Buda quien invitó a sus discípulos a experimentar y cerciorarse por ellos mismos. La Era de Acuario a la cual estamos llegando es en cambio, la era de la certeza es decir simplemente saber y sentir sin que nadie te lo diga, en vez de aprender solo tenemos que recordar ya que todos tenemos una naturaleza divina y por lo tanto somos maestros solo hay que reconocerlo y estar conscientes de nuestro potencial.

En otra ocasión hablando de reencarnación y terapia de vidas pasadas alguien me preguntó si creo en Dios, mi respuesta fue yo no creo en Dios sino que tengo la certeza pues yo vivo en Dios, yo experimento a Dios. Cuando tienes la certeza ya no necesitas la fe.

Todos podemos revivir nuestras vidas y aprender de ellas, pero eso si siempre con algún propósito claro por ejemplo para superar algún problema en nuestra vida actual, origen de fobias, dependencias en general, descubrir el sentido de nuestra vida actual, resolver problemas con personas en nuestro entorno, descubrir capacidades ocultas y por último para crecimiento espiritual.

Tal vez tengas problemas matrimoniales y estás cometiendo los mismos errores que en vidas anteriores con la misma pareja, tal vez eres un ser angelical quien cayó en la existencia terrenal por involucrarse en la vida de los seres humanos y ahora no das pie con bola porque estas aplicando las leyes del otro lado del velo aquí, tal vez eres un ser de luz quien vino a la tierra por su propia voluntad para la concreción de un plan divino y estás distraído en cosas sin importancia en vez de cumplir tu misión. Puedes averiguarlo, experimenta, aprende, crece.

CONSEJOS PARA LOS BUSCADORES:

Practica la auto-observación consciente constantemente. 

Asume la responsabilidad de tu vida. 

Deja de culpar a los demás y a las circunstancias. 

Identifica las “coincidencias”, pues más bien son sincronicidades, necesidades kármicas – elecciones de vida. 

Identifica los patrones repetitivos en tu vida.

Toma las adversidades como enseñanzas pues siempre traen un éxito igual o mayor. 

Estate atento/a de lo que sientes cuando conoces a alguien o vas a algún lugar. 

Ten en tu velador un cuaderno para anotar tus sueños. 

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